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La historia del Cementerio de los Pilas (fontanelle)

El Cementerio de las Pilas es un antiguo cementerio de la ciudad de Nápoles llamado de este modo por la presencia en pasado de manantiales (fonti) de agua.
El antiguo osario se desarrolla por 3.000 m2 y las dimensiones de la cavidad son estimadas más o menos a los 30.000 m3.


Historia

El origen del Cementerio de las Pilas se hace remontar al siglo XVI y es atada a la historia y sobre todo a las desgracias del pueblo napolitano.
Desde las colinas de la parte alta de Nápoles, hoy llamadas Cuellos Aminei, partió cuatro impluvi los que han erosionado los bancos de tufo (de toba) en el curso de los anos, llevando abajo a valle la asillamada "Lava" de los Virgo, coladas de barro y detritos.
La "lava" de las vírgenes por milenios ha erosionado el valón de las Pilas y la Salud, creando la condición optimal por la extracción de la toba.
La calle Calle de los Pilas constituye el viejo impluvio en las orillas del que son hay numerosas canteras que hasta el siglo pasado ha provisto ladrillos de toba por las construcciones de la ciudad.
Antes del siglo XVI hay el habito de enterrar los cuerpos de los difuntos en las iglesias. Acabado el espacio en las iglesias, los salmatari llevaron los cuerpos en las canteras lejanas del centro ciudad, la más importante es éste.
En el 1654 Nápoles fue devastada por la peste, acerca de250.000 muertos fueron puestos en la cantera de las Pilas.
Del 1654 a Nápoles hubieron, muchas carestías, tres revueltas populares y cinco erupciones del Vesubio y la cantera de las Pilas siempre ha sido usada como cementerio.
En el 1764 el Cementerio fue destinado a acoger los cadáveres de la población pobre que no encontró sitio en las iglesias dentro la ciudad. En el 1810 el arquitecto francés Praus presentó un proyecto para ampliar la cantera y construir un grande cementerio.
En el 1837, por medida del Consejo Sanitario, en consecuencia de la invasión del "cólera morbu", fue llevado en este cementerio otro cadáveres.
En el mismo año se decidió trasladar todos los cadáveres de la ciudad a la cantera, la historia recuerda muchos carros escoltados por la policía hasta la cantera.
El cementerio quedó abandonado hasta el 1872, cuando el cura Gaetano Barbati, con la ayuda de populares mandó hoy los huesos en el estado en cuyo ancla se ven y todas anónimas, a excepción de dos esqueletos: Filippo Carafa Conde de Cerreto de los Duques de Maddaloni, muerto el 17 de julio de 1797 y de Mujer Margherita Petrucci nato Azzoni muerto el 5 de octubre de 1795;  ambos descansan en ataúdes protegidos por vidrios.